No hemos nacido para
pagar culpas ni sufrir castigos, tampoco para arrastrar traumas ni sostener la
pesada carga de la ancestral ignorancia humana: hemos nacido para ser libres a
plenitud, exentos de todo aquello que nos encadena a este mundo.
En cada nacimiento y cada existencia, en
cada día, hay una oportunidad de libertad.
Lo he descubierto de golpe, y al mismo
tiempo después de años de búsqueda. La libertad siempre ha estado en mis manos,
y en mi discernimiento. Y empieza por ser responsable de lo que decido. Quien no
se hace responsable termina esclavizado, atrapado entre los hilos de su propia
trama. La rueca que hila el fino hilo de nuestro destino no la mueve ninguna
moira: somos nosotros mismo tejiendo y destejiendo nuestra historia personal. A
nadie más que nosotros pertenece el resultado final.
Todos los días –mientras no llegue la
muerte; e incluso al borde de ella– hay una oportunidad de tejer el hilo de
nuestro destino dando puntadas en el lugar correcto. Todo depende de nosotros.
Somos libres de hacer lo que queramos, pero ningún acto es independiente, tiene
una causa y tendrá una consecuencia; no escaparemos a la responsabilidad que la
acción conlleva.
Si nos asomamos a la etimología de la palabra
«responsabilidad» esta viene del latín responsum
“responder”. Más allá de hacerse cargo de las consecuencias de cada acto, responsabilidad
es responder por lo por lo que uno dice, elije y hace. Es responder por la vida
que se lleva.
Si hay un entramado de situaciones,
personas, cosas en las que de pronto me descubro envuelto y atado (la trama
familiar, cultural, social, nacional: origen del hilo conductor de nuestra
vida) siempre puedo cortar el hilo, fijarlo en otro lugar y comenzar a tejer, comenzar
a vivir una nueva historia, crear nuevos vínculos, conexiones en un nuevo
contexto, quizá incierto, mas lo importante es que estemos claros de la trama y
su mensaje: de la narrativa que queremos contar de aquí en adelante. Si algo
falla, siempre puedo recomenzar. Siempre. Lo digo yo como migrante: me salí del
caótico lienzo de mi país natal y estoy creando una nueva historia en un lugar
completamente diferente.
Es de valientes desafiar el contexto,
cortar el hilo y recrear la historia. La mayoría prefiere seguir sujeta a la maraña
que los rodea: así evade la responsabilidad, busca culpables, imagina mesías
que le rescaten de su penosa situación… situación que a veces ha propiciado y
permitido… No importa como haya sido, culpables o víctimas, todos podemos
cortar el hilo y salir de allí: liberarnos y no dejar el carrete de nuestro
destino en manos de nadie. Lo que sucede es que no todos tienen el coraje de
hacerlo. Temen recrear su existencia siendo cien por ciento responsables de
ella. Prefieren mantenerse en el antiguo soporte de traumas, problemas, dudas,
quejas, sólo por eso, por creer que esa trama ancestral, pasada, ese contexto
ya virtualmente ajeno a nosotros de verdad es soporte de algo, y no. A veces no
es más que un sudario; un tejido horrendo, mal hecho, carente de valor.
Destéjelo y vuelve a tejer. Repáralo si puedes. Pero si no es posible para ti,
corta el hilo. Libérate.
Cuidando de ti todo cuida de sí mismo.
Siendo responsable de quien eres, creando orden detienes el caos y generas
soluciones a muchos problemas más. Si cada quien tejiera el retazo de su vida
con responsabilidad y orden, si esperar que otro gire la rueca de su destino,
el lienzo del mundo sería otro. Pero todos esperan por todos, muy pocos se
ocupan de sí. La mayoría no quiere hacerse cargo; quiere existir y que todo le
sea dado: no saben (y cuando lo descubren desfallecen) que la existencia es una
pieza que se crea punto a punto, día a día, decisión tras decisión, así la vida
será lo que uno quiera que sea. El que espera algo de fuera, el que espera que
le den, que le reconozcan, tendrá que conformarse con lo que le ofrezcan.
Una hermosa vida para ti sólo la puedes
crear tú. Se supone que eres quien sabe lo que quiere para sí mismo. Si no lo
sabes, entonces tienes que dejar de distraerte con el ruido del mundo y meditar
en ti. Conócete a ti mismo. Quédate contigo y descubrirás tu esencia.
Hazte responsable. Sé completamente libre.
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