lunes, 18 de marzo de 2024

Meditación tres: La responsabilidad nos hace libres

 

 
Ama-Gi
 

     No hemos nacido para pagar culpas ni sufrir castigos, tampoco para arrastrar traumas ni sostener la pesada carga de la ancestral ignorancia humana: hemos nacido para ser libres a plenitud, exentos de todo aquello que nos encadena a este mundo.  

     En cada nacimiento y cada existencia, en cada día, hay una oportunidad de libertad. 

     Lo he descubierto de golpe, y al mismo tiempo después de años de búsqueda. La libertad siempre ha estado en mis manos, y en mi discernimiento. Y empieza por ser responsable de lo que decido. Quien no se hace responsable termina esclavizado, atrapado entre los hilos de su propia trama. La rueca que hila el fino hilo de nuestro destino no la mueve ninguna moira: somos nosotros mismo tejiendo y destejiendo nuestra historia personal. A nadie más que nosotros pertenece el resultado final.  

 

     Todos los días –mientras no llegue la muerte; e incluso al borde de ella– hay una oportunidad de tejer el hilo de nuestro destino dando puntadas en el lugar correcto. Todo depende de nosotros. Somos libres de hacer lo que queramos, pero ningún acto es independiente, tiene una causa y tendrá una consecuencia; no escaparemos a la responsabilidad que la acción conlleva. 

     Si nos asomamos a la etimología de la palabra «responsabilidad» esta viene del latín responsum “responder”. Más allá de hacerse cargo de las consecuencias de cada acto, responsabilidad es responder por lo por lo que uno dice, elije y hace. Es responder por la vida que se lleva.

     Si hay un entramado de situaciones, personas, cosas en las que de pronto me descubro envuelto y atado (la trama familiar, cultural, social, nacional: origen del hilo conductor de nuestra vida) siempre puedo cortar el hilo, fijarlo en otro lugar y comenzar a tejer, comenzar a vivir una nueva historia, crear nuevos vínculos, conexiones en un nuevo contexto, quizá incierto, mas lo importante es que estemos claros de la trama y su mensaje: de la narrativa que queremos contar de aquí en adelante. Si algo falla, siempre puedo recomenzar. Siempre. Lo digo yo como migrante: me salí del caótico lienzo de mi país natal y estoy creando una nueva historia en un lugar completamente diferente. 

 

     Es de valientes desafiar el contexto, cortar el hilo y recrear la historia. La mayoría prefiere seguir sujeta a la maraña que los rodea: así evade la responsabilidad, busca culpables, imagina mesías que le rescaten de su penosa situación… situación que a veces ha propiciado y permitido… No importa como haya sido, culpables o víctimas, todos podemos cortar el hilo y salir de allí: liberarnos y no dejar el carrete de nuestro destino en manos de nadie. Lo que sucede es que no todos tienen el coraje de hacerlo. Temen recrear su existencia siendo cien por ciento responsables de ella. Prefieren mantenerse en el antiguo soporte de traumas, problemas, dudas, quejas, sólo por eso, por creer que esa trama ancestral, pasada, ese contexto ya virtualmente ajeno a nosotros de verdad es soporte de algo, y no. A veces no es más que un sudario; un tejido horrendo, mal hecho, carente de valor. Destéjelo y vuelve a tejer. Repáralo si puedes. Pero si no es posible para ti, corta el hilo. Libérate.  

     Cuidando de ti todo cuida de sí mismo. Siendo responsable de quien eres, creando orden detienes el caos y generas soluciones a muchos problemas más. Si cada quien tejiera el retazo de su vida con responsabilidad y orden, si esperar que otro gire la rueca de su destino, el lienzo del mundo sería otro. Pero todos esperan por todos, muy pocos se ocupan de sí. La mayoría no quiere hacerse cargo; quiere existir y que todo le sea dado: no saben (y cuando lo descubren desfallecen) que la existencia es una pieza que se crea punto a punto, día a día, decisión tras decisión, así la vida será lo que uno quiera que sea. El que espera algo de fuera, el que espera que le den, que le reconozcan, tendrá que conformarse con lo que le ofrezcan.

     

     Una hermosa vida para ti sólo la puedes crear tú. Se supone que eres quien sabe lo que quiere para sí mismo. Si no lo sabes, entonces tienes que dejar de distraerte con el ruido del mundo y meditar en ti. Conócete a ti mismo. Quédate contigo y descubrirás tu esencia.

     Hazte responsable. Sé completamente libre.


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