Por
todos lados reportes y análisis acerca del caos político y social mundial
inundan las redes. De adolescente me preocupaba e indignaba; ya en la
universidad me enardecía mucho más; sobre todo como estudiante de filosofía.
Sin embargo, apasionada de la Historia Universal, estudiando filosofía, viendo
noticias y filosofando acerca de ellas, no podía evitar pensar que la narrativa
humana está basada en una historia cíclica, repetitiva, con algunas espirales
ascendentes en la circunferencia, es decir, circunstancias evolutivas donde de
veras la humanidad ascendía sobre el patrón repetitivo y sobresalía, pero
también con lamentables puntos de decadencia donde involucionaba. La creación
de la imprenta, o el desarrollo de la medicina, por ejemplo: esos son puntos de
evolución, espirales ascendentes. Mientras que la actual guerra en Ucrania es
un claro despropósito, la total involución; una mancha atroz, como muchas, en
la historia de la humanidad.
Así
que cuando escucho o leo ese discurso sobre "tiempos difíciles en el
horizonte..." me fastidia un poco y no escucho ni leo nada más porque,
mira: tiempos difíciles han sido, son y serán todas las épocas de la humanidad
mientras el mundo sea mundo. En medio de todo ello lo que cuenta es la esencia,
el ser más allá de los límites humanos, las cosas buenas que tenemos, las
posibilidades en nuestras manos y lo que haremos con todo ello. Lo bueno, lo
bello, lo justo y lo correcto; el amor y la luz que uno desde su lugar, hasta
donde esté su alcance, puede generar. Ese el enfoque más importante.
Porque el mundo es siempre problemático,
mientras exista el odio y la violencia en la mente y el corazón de la gente,
tiempos difíciles siempre habrá. Lo que sucederá siempre dada la naturaleza
dual y visceral de los humanos, dual, hechos todo instinto y tripas, aunque
–por fortuna– también de consciencia. Mientras la consciencia de ser
prevalezca, lo bueno, lo bello, lo justo y lo correcto prevalecerán.
En este mundo conflictivo, violento, lleno
de intereses egoístas, fronteras e ideologías divisorias, en medio de toda esa
narrativa basada en una ilusión de separación tan generalizada que parece real,
lo importante es ser bueno, ser amable, ser honesto, ser comprensivo y
compasivo: valorar a todos los seres sin excepción con respeto, en lugar de
sólo verlos como humanos, americanos, europeos, pobres, ricos, hombres,
mujeres, jóvenes, ancianos, animales, plantas, etc. La consciencia del ser es
el único antídoto a tanto mal. Es la consciencia lo que ha puesto muchas veces
en alto a la humanidad.
Consciencia pura. Esa es la respuesta a
los tiempos difíciles, a la crisis existencial, a todo. Ser Consciente y SER.