sábado, 29 de junio de 2024

Meditación cuatro: Tiempos difíciles y cómo enfrentarlos

 

 
 
  
     

     Por todos lados reportes y análisis acerca del caos político y social mundial inundan las redes. De adolescente me preocupaba e indignaba; ya en la universidad me enardecía mucho más; sobre todo como estudiante de filosofía. Sin embargo, apasionada de la Historia Universal, estudiando filosofía, viendo noticias y filosofando acerca de ellas, no podía evitar pensar que la narrativa humana está basada en una historia cíclica, repetitiva, con algunas espirales ascendentes en la circunferencia, es decir, circunstancias evolutivas donde de veras la humanidad ascendía sobre el patrón repetitivo y sobresalía, pero también con lamentables puntos de decadencia donde involucionaba. La creación de la imprenta, o el desarrollo de la medicina, por ejemplo: esos son puntos de evolución, espirales ascendentes. Mientras que la actual guerra en Ucrania es un claro despropósito, la total involución; una mancha atroz, como muchas, en la historia de la humanidad.

      Así que cuando escucho o leo ese discurso sobre "tiempos difíciles en el horizonte..." me fastidia un poco y no escucho ni leo nada más porque, mira: tiempos difíciles han sido, son y serán todas las épocas de la humanidad mientras el mundo sea mundo. En medio de todo ello lo que cuenta es la esencia, el ser más allá de los límites humanos, las cosas buenas que tenemos, las posibilidades en nuestras manos y lo que haremos con todo ello. Lo bueno, lo bello, lo justo y lo correcto; el amor y la luz que uno desde su lugar, hasta donde esté su alcance, puede generar. Ese el enfoque más importante. 

     Porque el mundo es siempre problemático, mientras exista el odio y la violencia en la mente y el corazón de la gente, tiempos difíciles siempre habrá. Lo que sucederá siempre dada la naturaleza dual y visceral de los humanos, dual, hechos todo instinto y tripas, aunque –por fortuna– también de consciencia. Mientras la consciencia de ser prevalezca, lo bueno, lo bello, lo justo y lo correcto prevalecerán.

     En este mundo conflictivo, violento, lleno de intereses egoístas, fronteras e ideologías divisorias, en medio de toda esa narrativa basada en una ilusión de separación tan generalizada que parece real, lo importante es ser bueno, ser amable, ser honesto, ser comprensivo y compasivo: valorar a todos los seres sin excepción con respeto, en lugar de sólo verlos como humanos, americanos, europeos, pobres, ricos, hombres, mujeres, jóvenes, ancianos, animales, plantas, etc. La consciencia del ser es el único antídoto a tanto mal. Es la consciencia lo que ha puesto muchas veces en alto a la humanidad. 

     Consciencia pura. Esa es la respuesta a los tiempos difíciles, a la crisis existencial, a todo. Ser Consciente y SER.  

domingo, 9 de junio de 2024

Aquí pensando | De los buenos y los tontos

 

 
 

Se pueden hacer ambas cosas sin problemas, saben. Se llama armonía (con uno mismo, ergo con los demás: con absolutamente todo). 
 
Por otra parte, ayudar no significa ponerse por debajo de nadie. Tampoco por arriba. Puedes mirar al otro sin lástima ni desdén y tratarlo como un par, que todos tienen dignidad. En esencia todos estamos hechos de la misma substancia. De nuevo, la clave está en el balance. «El justo medio es la virtud» decía Aristóteles (los sabios de la antigüedad lo sabían todo: el resto del conocimiento es una nota a pie de página de su sabiduría). 
 
🔸🔸🔸 
 
Internet está lleno de frasecillas así, porque el mundo está lleno de gente que piensa así. Les hace falta autoindagación: meditar en sí mismo(a)s antes de seguir perdiendo el tiempo buscando respuestas afuera. Por supuesto que hay que escuchar a los demás, al entorno, que la interacción enriquece. Empero, la última palabra acerca de nuestra vida la tenemos nosotros. Es nuestra vida ¿cómo alguien ajeno a ella puede tener las respuestas sobre ella? Esas respuestas las encontramos y elaboramos nosotros a medida que vivimos. El entorno nos da oportunidades y herramientas para la experiencia. 
 
🔸🔸🔸 
 
Ser buena persona no significa ser un tonto, una tonta. Al contrario, los verdaderos estúpidos de este mundo son los malos: su ignorancia es su perdición. Ser bueno, benevolente, equivale a ser lucido: estar en la luz. Que no se les olvide.


Meditación seis: Conocimiento y Sabiduría

              El conocimiento te lleva a la sabiduría, sin embargo, conocer y saber no son lo mismo. Conocimiento es tener noción e informac...