Meditación cuatro: Tiempos difíciles y cómo enfrentarlos
Por todos lados reportes y análisis
acerca del caos político y social mundial inundan las redes. De adolescente me
preocupaba e indignaba; ya en la universidad me enardecía mucho más; sobre todo
como estudiante de filosofía. Sin embargo, apasionada de la Historia Universal,
estudiando filosofía, viendo noticias y filosofando acerca de ellas, no podía
evitar pensar que la narrativa humana está basada en una historia cíclica,
repetitiva, con algunas espirales ascendentes en la circunferencia, es decir,
circunstancias evolutivas donde de veras la humanidad ascendía sobre el patrón
repetitivo y sobresalía, pero también con lamentables puntos de decadencia
donde involucionaba. La creación de la imprenta, o el desarrollo de la
medicina, por ejemplo: esos son puntos de evolución, espirales ascendentes.
Mientras que la actual guerra en Ucrania es un claro despropósito, la total
involución; una mancha atroz, como muchas, en la historia de la
humanidad.
Así que cuando escucho o leo ese discurso sobre "tiempos difíciles
en el horizonte..." me fastidia un poco y no escucho ni leo nada más
porque, mira: tiempos difíciles han sido, son y serán todas las épocas de la
humanidad mientras el mundo sea mundo. En medio de todo ello lo que cuenta es
la esencia, el ser más allá de los límites humanos, las cosas buenas que
tenemos, las posibilidades en nuestras manos y lo que haremos con todo ello. Lo
bueno, lo bello, lo justo y lo correcto; el amor y la luz que uno desde su
lugar, hasta donde esté su alcance, puede generar. Ese el enfoque más
importante.
Porque el mundo es siempre problemático, mientras exista el odio y la
violencia en la mente y el corazón de la gente, tiempos difíciles siempre
habrá. Lo que sucederá siempre dada la naturaleza dual y visceral de los
humanos, dual, hechos todo instinto y tripas, aunque –por fortuna– también de
consciencia. Mientras la consciencia de ser prevalezca, lo bueno, lo bello, lo
justo y lo correcto prevalecerán.
En este mundo conflictivo, violento, lleno de intereses egoístas,
fronteras e ideologías divisorias, en medio de toda esa narrativa basada en una
ilusión de separación tan generalizada que parece real, lo importante es ser
bueno, ser amable, ser honesto, ser comprensivo y compasivo: valorar a todos
los seres sin excepción con respeto, en lugar de sólo verlos como humanos,
americanos, europeos, pobres, ricos, hombres, mujeres, jóvenes, ancianos, animales,
plantas, etc. La consciencia del ser es el único antídoto a tanto mal. Es la
consciencia lo que ha puesto muchas veces en alto a la humanidad.
Consciencia pura. Esa es la respuesta a los tiempos difíciles, a la
crisis existencial, a todo. Ser Consciente.
y #SER
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